La realidad -aunque triste- siempre supera a la ficción. La búsqueda
desesperada de guardametas del País Vasco, me deja una historia
descorazonadora. Un joven portero con toda la vida por delante que se ve
truncada por la estupidez humana. Ahondando en hemerotecas no he podido saber
mucho más de él, pero me gustaría que aquí se le hiciera un pequeño homenaje a
su trayectoria como portero, mezclar política y deporte es una verdadera
estupidez.
Muchos fueron los llamados a filas para solventar una
sangrienta e injusta guerra civil en la que al final no gano nadie, todos
perdieron, como en la mayoría de ellas. Algunos pudieron exiliarse como
futbolistas en Francia o en Hispanoamérica donde Argentina y México fueron los países
que mas jugadores incorporaron en sus filas. Nuestro siguiente protagonista, o
no pudo, o no le dio tiempo a salir del país.
FÉLIX SALVADOR GONZÁLEZ ROJO, nació en Rentería (Gipuzkoa), el 23 de junio de 1913.
Este guardameta fue conocido futbolísticamente como “Rojo·. De
lo poco que entresacado de su peculiar historia, Rojo alterno la portería de la
Real Sociedad con su trabajo de metalúrgico en una fabrica y también era
afiliado a la UGT. Permaneció en la Real desde 1933 hasta 1936, disputando un
total de 47 partidos con el equipo “txuriurdin”.
Alternó la titularidad con Tiburcio Beristain (tiene también
su aparte en el blog) y si una vez jugaba uno, el siguiente partido se la arrebataba
el otro. Esto nos dice mucho de la calidad como guardameta de Rojo, ya que
Beristain fue un excepcional portero. La alineación a parte de los dos
guardametas ya relatados la componían: Goyeneche, Arana, Ipiña, Labarta,
Ayestaran, Ortega Salguero, Alcorta, Olivares, Amunarriz, Irastorza, Amunarriz,
Labarta, Unzueta, Echaburu, entre otros.
Tenía una prometedora carrera como guardameta que truncó –como
a tantos otros- la Guerra Civil Española. El parón de los equipos a
consecuencia de la contienda dio pie a que muchos de estos jugadores no
volvieran a ver un balón de fútbol.
En su condición de afiliado a la UGT cierto día durante la
guerra fue detenido y llevado a la cárcel de Logroño, donde pasaría un tiempo y
de aquí llegaría a la prisión de Ondarreta en San Sebastián, esto fue el 7 de febrero
de 1938. Nunca saldría de su encierro, ya que fue fusilado el 18 de noviembre
de 1939 a la injusta edad de 26 años.
No dispongo de datos para saber cuantos guardametas fueron
fusilados durante la guerra, pero en este mismo blog esta la historia de
Toralpy, otro cancerbero que fue fusilado durante la Guerra Civil.
EQUIPOS
- Real Sociedad de San Sebastián, 1933/36
No hay comentarios:
Publicar un comentario