¡Huf! ¡Qué difícil! Si antes me quejaba de que no encontraba información que me sirviese, ahora me quejo de todo lo contrario, ¿Qué paradoja pensareis? ¡Pues si!
Lo cierto es que ahora mismo no doy abasto, son demasiadas pistas y demasiados nombres, que por otra parte no quiero ni debo perder, seria imperdonable por mi parte que no pusiese en su lugar que corresponde a todas esas siluetas. No hay peligro de perdida, ya que están convenientemente archivadas en un lugar seguro, el único problema que pudiese tener es que no encontrara datos suficientes para contar la historia de cada uno de estos porteros casi olvidados. Eso sí que sería desesperante y desazonador.
Los personajes de esta novela por entregas son los han asentado las bases del fútbol que ahora conocemos y eso si que no deberíamos olvidarlo. La memoria colectiva (como ya he dicho en otras ocasiones) se me antoja corta para toda la importancia que tienen.
Este otro guardameta del País Vasco, apareció ante mí (como la mayoría) buscando otras cosas, en el lugar equivocado. Es curioso, como pasan ante mí esos héroes de la épica deportiva en blanco y negro, o como mucho... en algún caso en ese color característico y retocado de "AS Color". Son fotos con un valor incalculable (al menos para mí), y que las conservo por la plasticidad de movimiento que tienen; hoy en día con las nuevas cámaras digitales, se hacen mejores fotos (de acuerdo) pero en ninguna acabo de ver la belleza que tienen esas instantáneas añejas en blanco y negro.
Vamos al grano:
José Antonio Aramayo Lezcano, nació en Ondarroa (Vizcaya) el 18 de mayo de 1943.
Se formo como portero en Argentina, de ahí su apodo “El Pibe”. Fue como emigrante con sus padres cuando contaba solamente con cinco años de edad. Allí jugó en el Estudiante de La Plata, en el Deportivo de La Plata y en la selección Platense, que era una liga amateur. Regresa al país a los 23 años para hacer el servicio militar en Vitoria y allí ficho por el Alavés. Luego jugo en el Mirandés cedido por el equipo vitoriano. A raíz de dos buenos partidos en los que se enfrento con el Alavés al Real Valladolid los técnicos vallisoletanos se fijaron en él para disputarle la titularidad a Manolo Llacer y al otro portero Benjamín.
Permaneció dos temporadas en el club blanquivioleta. Almería y Rayo Vallecano fueron sus destinos tras abandonar el equipo de Valladolid. En una entrevista de no hace mucho, recuerda especialmente un partido contra el Oviedo con empate a cero goles y otro con victoria por dos a tres en Córdoba como dos de sus mejores actuaciones.
Una anécdota que queda para la historia es el penalti que le tiro a “traición” Chus pereda en el Sitjar en un Mallorca - Valladolid de 1971/72: “Héctor Martín, el entrenador, me dijo: “el día que haya un penalti, cuando el contrario tome carrera, adelántese también para ponerle nervioso”. Así lo hice y entonces nos encontramos los dos juntos, en el punto de penalti, al lado de la pelota. El árbitro nos mandó cada uno a nuestro sitio, yo me di la vuelta caminando hacia mi portería y en ese momento Pereda chutó y marcó un gol, antirreglamentario, porque el portero no estaba en su sitio, pero el árbitro lo concedió”.
Tras abandonar el futbol se haría masajista casi por casualidad, ya que su idea era volver a Argentina. Pero estando en el Almería, algunos jugadores iban a darse masajes a Sevilla, y el que ya tenía alguna idea de aquello empezó a dárselos él, luego hizo varios cursos de masaje deportivo en Madrid donde llego a trabajar en una sauna y en un hotel, de allí fue al deportivo de La Coruña a prueba como masajista y en 1979 llego de nuevo al Valladolid, pero esta vez como masajista, donde permanece todavía. También fue utillero de la Selección Española Sub-21, con Luis Suárez como seleccionador.
EQUIPOS
- Estudiante de La Plata
- Deportivo de La Plata
- Selección Platense
- Deportivo Alavés
- Mirandés
- Real Valladolid
- Almería
- Rayo Vallecano
No hay comentarios:
Publicar un comentario