Poder decir que has jugado aunque no sea a un gran nivel y que la gente te recuerda, tiene que ser una cosa muy grande. En estas páginas (aunque me ponga pesado) solo trato de eso. Obligarme a escribir sobre esos porteros, aunque muchos son conocidos, la inmensa mayoría de ellos está totalmente en el anonimato. Solo sus amigos o seres más queridos los recuerdan como deportistas. Este blog es una muestra de ello, ya que han sido muchos los que me han escrito dándome las gracias por recordar a este o aquel familiar o amigo, también es cierto que me han escrito para hacerme alguna corrección, lo cual agradezco enormemente.
Se ha convertido para mi casi en una obligación, el poder sacar del olvido y refrescar la memoria de tantos y tantos porteros del País Vasco, que teníamos olvidados. Yo al menos estoy aprendiendo muchísimo sobre ellos. Como no veo ninguna razón para dejarlo, además se me anima a que siga adelante y por si fuera poco me quedan tantos por mostraros, que en ello sigo. Entre pitos y flautas (como me gusta esta frase) ya tenéis editados en el blog a más de noventa guardametas y me temo que al menos me quedan otros tantos.
No me gustaría dejarme a nadie, (por negligencia mía, claro) en el olvido, así que si sabéis o conocéis de alguien que aun no haya retratado en la bitácora, os rogaría que me lo comunicarais, o bien dejando un comentario en la entrada o al correo que aparece en mi perfil. Siempre he dicho que este blog es de todos y toda colaboración es poca y muy valiosa para mí.
Bueno, seguimos con lo que nos interesa que no es otra cosa que la vida y milagros de los porteros vascos.
Hoy nos visita otro gran desconocido aunque de apellido familiar.
Javier Echevarría Azarloza, nació en Amorebieta (Vizcaya) el 3 de diciembre de 1940.
Comenzó su andadura en el Baskonia, firmando por el Athletic Club en 1960, tras su paso por el filial rojiblanco, finalmente debuto en Primera División el 8 de noviembre de 1964, previo paso por el Indautxu.
Se estreno en el encuentro Athletic 1-2 Murcia. En los cinco años que paso en Bilbao solo pudo disputar tres partidos. Otro guardameta que tuvo la mala suerte de encontrarse con el Txopo, Iribar. Ya he comentado en más ocasiones la cantidad de porteros que chuparon banqueta en su dictadura. Dadas las pocas oportunidades y su poca continuidad en 1966 ficha por el Sabadell, aunque tampoco goza de encuentros, concretamente seis en los tres años que estuvo allí. Dando por hecho que dejo los guantes colgados al final de la temporada de 1969. No se puede decir que fue un portero con mucha suerte.
EQUIPOS
- Athletic Club, 1960/62
- Indautxu, 1962/63
- Athletic Club, 1963/66
- Sabadell, 1966/69
Fotos: www.bdfutbol.com y www.miathletic.com
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