Historias como esta, más o menos robadas en las numerosas
fuentes de las que suelo beber (al final del texto dejare constancia de su
procedencia), es lo que hace al fútbol tan grande. A modo de historia os
desentrañare por lo menos un poco de la vida de este gran guardameta vasco,
casi olvidado en las hemerotecas, a pesar de su importancia en la creación del
Athletic Club.
Que injusto me parece que los primeros porteros pasen tan
desapercibidos por la historia y no nos demos cuenta de que a pesar de su
gorrilla inglesa y aquel porte de "estiraduchos" debía ser muy difícil
desempeñarse en un puesto en el que estoy convencido que en aquellas épocas
nadie quería ocupar. De hecho si os fijáis en las fotos nadie sabría decirme
quien es, ya que todos visten de igual manera, con la primera camisola que
lució el Bizcaya, mitad azul y mitad blanca y que luego cambiarían con los años
como ya os he narrado en otro post, además si os digo que es el del bigote,
mucho tampoco arreglaría. Hagamos un poco de memoria:
ALEJANDRO ACHA, nació
en Bilbao (Bizkaia) alrededor de 1880.
Alejandro Acha fue
uno de los padres fundadores de lo que hoy es el Athletic Club de Bilbao, junto
a Astorquia (verdadero impulsor de la idea y que aprendió a darle al balón en
Manchester), los hermanos Iralagoitia, Luis Márquez, Enrique Goiri y Eduardo
Montejo. Estos se reunían en tertulia en el Café García y le daban vueltas a lo
de formar un equipo de “football”, el 5 de abril de 1901, fue cuando se
constituyó oficialmente el club. En aquella época su rival más acérrimo era el
Bilbao FC y juntos comenzaron a forjar la leyenda del fútbol bilbaíno.
Juntos comenzaron a
jugar en las campas de Lamiako y juntos participaron en aquel quimérico sueño
de aquel deporte traído de las islas británicas y que empezaba a calar en la
capital bilbaína. Aquellos partidos en Lamiako llegaron a congregar a 9.000
aficionados deseosos de ver las evoluciones de estos “gentlemans” del balón.
Ni que decir tiene que estos personajes pertenecían a la
clase alta bilbaína y nos los podemos imaginar cómo jóvenes deportistas que
frecuentaban el Gimnasio Zamacois (donde empezó a gestarse el “Team”), con sus
tupidos y cuidados bigotes la mayoría de ellos. Usando los borceguíes o botas
de calidad que fabricaba Germán, el
zapatero de la calle de la Estufa.
Alejandro Acha era un verdadero “sportman” ya que practicaba
casi todos los deportes, sobresaliendo en ciclismo y por supuesto en “football”.
A finales del Siglo XIX, la influencia de la cultura inglesa se hizo patente en
la ciudad de Bilbao. Navíos ingleses iban y venían y el llamado ‘sport' comenzó
a ser parte de la sociedad con la creación de clubes deportivos donde practicar
tenis, ciclismo o... el fútbol.
Del primer gran “goalkeeper”, que es como se llamaba a los
porteros de antaño, la información que ha quedado es muy escasa; apenas un
puñado de detalles biográficos que no alcanzan, desde luego, para hacer
justicia a un personaje fundamental en la historia de este deporte. Se sabe que
nació en Bilbao y pertenecía a una de las familias acomodadas de la época, pero
desconozco su fecha de nacimiento que no he conseguido dar con ella por ningún
sitio, ni tan siquiera su segundo apellido he sido capaz de encontrar.
Haciendo un ejercicio de historia os diré que Alejandro Acha
fue junto con aquel equipo capaz de proclamarse vencedor de la primera copa del
Rey. Carlos Padrós había creado el
Madrid FC y decidió organizar un torneo aprovechando los festejos que iban a
celebrarse en Madrid para celebrar el decimosexto cumpleaños y la coronación de
Alfonso XIII. Consiguió que el Ayuntamiento le donara un bello trofeo, que le
cedieran el campo de polo del Hipódromo de La Castellana para la disputa de los
partidos y que se inscribieran cinco equipos: dos madrileños, el New FC y el
Madrid FC; dos catalanes, FC Barcelona y Español; y un bilbaíno, el Bizcaya.
El Bizcaya venía de ganar su primer duelo internacional
contra la Gironde francesa, así que Padrós (que además ejercía de árbitro en
aquella Copa), como fundador del equipo que daría tanto que hablar se quería
enfrentar a los mejores y por supuesto aquellos señoritos bilbaínos no dudaron
en aceptar el duelo.
La historia se traduce en que después de muchas vicisitudes
el Bizcaya ganó la primera copa de España en 1902. Los campeones fueron
recibidos con cohetes y con la banda de Garellano en el andén de la estación de
tren. La Copa, de plata cincelada y de gran gusto artístico, fue expuesta los
días posteriores en la sastrería del señor Orensanz, en la calle del Correo.
A partir de aquí, Alejandro Acha tuvo mucho que ver con esa
primera copa que se le niega al Athletic a pesar de estar en sus vitrinas. La
copa estuvo a punto de desaparecer. Mediada la década de los años veinte, los
acreedores embargaron el local social del Athletic en la Calle Nueva, donde se
hallaba el preciado trofeo, pero antes del embargo, Alejandro Acha anduvo listo y se persono por
el club antes de que llegaran los acreedores,
recupero el preciado trofeo y se lo llevo con él. La copa estuvo
desaparecida hasta la muerte de Acha, cuando el Athletic pidió a la familia de
éste que registraran todos los rincones de su casa en busca del trofeo. Y hubo
suerte, ya que, dentro de un viejo baúl, esperaba la copa. Desde entonces está
en la sala de trofeos hasta el día de hoy.
Así pues el nombre de Alejandro Acha está inscrito con
letras de oro en la historia del club, este gran portero vasco fue el primero
de una estirpe de “goalkeeper” en la capital vizcaína y es justo que desde este
humilde blog se le haga un homenaje a su memoria.