Aquí si que nos hemos llevado una gran sorpresa, no solo por no saber en que fecha nació (debió ser hacia 1900), sino porque
tampoco tenemos ni idea si es nombre o apellido, de la manera en que nos referimos a el. En la web del
Athletic solo pone TORALPY (imaginemos apellido), tampoco sabemos su lugar de nacimiento, pero vamos a suponer que fue en Bilbao, ya que en el Athetic solo juegan futbolistas vascos. Sabemos que debuto con el equipo rojiblanco el 21 de enero de 1926 en el partdo Acero 2-3 Athletic. .
A falta de información he encontrado una batalla campal, que no partido de fútbol entre el Sestao y el Athletic, como da la casualidad de que Toralpy jugo en los dos equipos y que ademas es una narración muy curiosa y a mi modo de ver divertida la incluyo como anécdota. Merece la
pena leerla.
Gracias a un lector del blog, concretamente a "SESTAO" que me dejo un comentario he podido saber que Toralpy es apodo, su nombre era: Aniceto Alonso Rouco posteriormente tambien he encontrado unas fotografias de el en el libro "Historia del Athletic", tambien hay un poco de historia sobre este portero, fue conocido militante del PSOE y de la UGT. Comandante del "Batallón Prieto" durante la guerra civil, fue fusilado por los franquistas en 1937
Hemeroteca del periodico "La vanguardia", martes 21 de octubre de 1924
Athlétic-Sestao
En el campo de Las Llanas el Sestao Sport ganó al Athlétic por dos goals a uno. A las cuatro menos cuarto de la tarde el arbitro Ángel de la Torne mandó alinear a los equipos haciéndolo en la forma siguiente: ATHLETIC: Vidal, Rousse, Duñabeitia, Legarreta, Larraza, Carmelo, Germán, Allende, Contreras, Areta y Aguirrezabala. SESTAO SPORT: Toralpy, Elorriaga, Tamayo, Salona, Cortadi, Petróleo, Barturen, Albisu, Gum bau. Arana y Zuloaga, Un gentío enorme presenció el partido, existiendo emoción intensa antes del mismo, pues el año pasado, terminó con empate a cero. E lcampo hallábase custodiado por fuerzas de la guardia civil. Comienza el match dommando el Athlétic, ftisultado por el público. Apenas empezado rompióse la pierna Alfoisu or caída, jugando el Sestao con diez jugadores. Tira el Athlétic cuatro corners por uno el Sestao. Este juega sucio, castigando el arbitro con penalty al Sestao; lo tira Larraza, consiguiendo goal. Sigile el juego sucio, estando los ánimos excitados. Domina ahora el Sestao, y termina el primer tiempo con un goal a cero a favor del Athlétic. Al salir los jugadores del campo el público pega a Rousse y al arbitro, defendiéndoles la guardia civil, originándose enorme escándalo. En medio de un griterío infernal la guardia civil de caballería calma los ánimos. Empieza el segundo tiempo jugando el Sestao con diez jugadores consiguiendo dominar. El público se muestra descortés siempre, insultándola los atléticos y animando a los suyos con fuertes aplausos. En este tiempo tira el Athlétic tres corners por tres el Sestao. Otro penalty contra el Sestao es sacado por Larraza, parando Toralpy. (Ovacíóní. El juego sigue siendo sucio. Castígase con penalty al Athlétic por mano de Larraza. Lo' saca Arana consiguiendo el empate en medio de enorme júbilo. Castígase nuevamente al Athlétio con penalty por mano de Legarreta. Arana lo convirtió en goal. Se promueve el delirio. El público ovaciona a los jugadores locales ttxsutando continuamente a los del Athléttc. Dedicanse los jugadores del Sestao a tirar la pelota fuera del campo, terminando el partido con la derrota del Athlétic. La guardia civil tiene que acompañar a los jugadores athléticos y arbitro mientras los jugadores del Sestao son sacados trjuníalmente en hombros, siéndoles ofrecidos grandes ramos de flores. El partido ha sido indecoroso y el público, pésimo. Ambos equipos jugaron mal. El arbitro no pasó de regular. Sobresalieron por el Athlétic: Rousse y Larraza, y por el Sestao: Bartuzen y Zuloaga; jugaron mal Contreras y Duñabeitia. ^ Actualmente la línea delantera del Athlétic no posee un gran conjunto. Dícese que descalificaron a del Campo, aunque no se sabe nada en concreto.—Basaldúa.
Copiado tal y como aparece en la Hemeroteca de El Mundo Deportivo, sin cambiar una coma.
Es muy posible que sea el portero de esta fotografia de la epoca, pero no podemos estar seguros.
APARECIDO EN EL DIARIO MARCA 26/04/2012
Una de las primeras órdenes que recibieron los médicos del
Santo Hospital del Bilbao el 19 de junio de 1937, el día que la capital del
Gobierno Vasco, cayó en manos de las tropas franquistas, fue la de salvar la
vida del comandante rojo del batallón número dos de la UGT (Batallón Prieto)
que había ingresado el día anterior con una herida de metralla en el cráneo.
Las autoridades militares de la División Navarra ordenaron que ese herido fuera
"fusilado vivo o muerto", una práctica que se hizo habitual durante
la Guerra Civil, la de fusilar cadáveres como si la rabia de no haber cazado al
enemigo con vida pudiera calmarse así.
El cuerpo que yació 10 días en el hospital en el que la
República instaló la primera Facultad de Medicina (que no se volvió a abrir
hasta 1970 tras cerrarla en 1937) y que fue luego trasladado el día 27 a los
Trinitarios de Algorta, era el de Aniceto Alonso Rouco, para todos Toralpy, uno
de los porteros más populares del fútbol vasco en los años 20.
La crónicas de la época, cuando aún no existía la Liga y el
campeonato regional era la máxima expresión semanal del fútbol, hablan de un
gran portero, ejemplo de la escuela vasca que tantos gigantes ha dado bajo
palos, y que tomó su sobrenombre (sobrevivió en el tiempo porque su hijo tuvo
un bar en Erandio hasta los 90) de un portero inglés que pasó por Euskadi en
mediados de la primera década del siglo XX.
La figura de Toralpy era muy popular en Bilbao y su cinturón
obrero. Ajustador de profesión, compartió siempre su pasión por del deporte con
una intensa actividad política.
Jugó en el Sestao, el Cantabria, el Acero y el 6 de
septiembre de 1925 debutó con el Athletic (derrota por 4-0 ante el Real Unión)
y el 21 de febrero de 1926 lo hizo en su único partido oficial (triunfo 2-3
ante el Acero). Sus mejores momentos los vivió bajo los palos del Sestao. Y de
esa época data un partido ante el Athletic, cuyo portero era uno de los
primeros grandes (Vidal), que estuvo presidido por la violencia. Toralpy fue
protagonista del choque que midió Las Llanas a los dos equipos el 20 de octubre
de 1924. A los rojiblancos les recibió un campo lleno, de uñas y protegido por
la Guardia Civil. Los leones de Pentland se adelantaron tras un penalti
cometido sobre Rousse y marcado por Larraza.
A la vuelta del descanso, Rousse y el árbitro, Ángel de la
Torre, fueron agredidos y la Guardia Civil de caballería "intervino para
calmar los ánimos" (La Vanguardia, 21-10-1924). En un partido llenó de
patadas e incidentes en un campo embarrado, el Sestao remontó con dos goles de
penalti de Arana, pero el héroe fue su portero, Toralpy, que con 0-1 detuvo
otro lanzamiento de once metros a Larraza. El '1' del Sestao salió a hombros
del campo y con un ramo de flores mientras que la Benemérita tuvo que proteger
a los jugadores del Athletic y al árbitro.
Pronto destacó en las tareas defensivas de Bilbao cuando el
11 de junio de 1937 la Legión Cóndor y la Aviación italiana iniciaron el ataque
que haría caer a la capital vasca. Indalecio Prieto, desde Madrid, había dado
orden de defender Bilbao hasta el último hombre, en especial el cinturón
industrial. Toralpy salió de la capital como comandante al mando de su batallón
para alcanzar la línea Kalamua y Marquina-Echeverria.
El día 17 de junio estaba hablando por teléfono con las
unidades que defendían Bilbao y anunciaba que estaban listos para la ofensiva a
pesar del intenso fuego aéreo enemigo cuando llegó una visita a la caseta
(txabola) que hacía de puesto improvisado de mando. Mientras saludaba a Víctor
Frutos , un socialista nacido en Argentina y que llegó a Madrid con sólo 8 años
para acabar siendo jefe de la VI Brigada del Ejército de Euzkadi, cayó herido:
"Aún con las manos enlazadas vi como sus ojos se quedaban en blanco. Su
rostro se contraía con un gesto de dolor, estaba ya inconsciente. Un trozo de
metralla alargada, en forma de cuchillo y de unos 20 centímetros, asomaba a
través del casco. Instintivamente traté de arrancarla, pero mi esfuerzo resultó
inútil: estaba demasiado incrustada en su cabeza. Su corazón aún latía e
inmediatamente una ambulancia lo trasladó al hospital. En el pensamiento de
todos quedó que el comandante Toralpy había muerto". (Vicente Talón,
Memoria de la Guerra en Euzkadi).
Tras caer Bilbao con la salida de las últimas tropas leales
a la República la madrugada del 19 de junio y la entrada de la V Brigada
Navarra al mando del general Juan Bautista Sánchez, los mandos republicanos
dieron a Toralpy como caído en combate mientras su cuerpo estaba en el Hospital
de Basurto. Sus documentos le daban como "muerto en campaña el 17 de junio
de 1937". Tan seguros estaban que a su viuda se le concedió una pensión de
manera inmediata.
El final fue más macabro. Al caer la ciudad, los heridos en
los hospitales se convirtieron en prisioneros de guerra. En las ruedas de
reconocimiento, Toralpy fue reconocido. Era un rostro popular por sus tiempos
de portero y por su alta actividad política. Se decidió ‘salvar su vida’ para
luego acabar con ella. Si moría antes iba a dar igual, sería fusilado el
cadáver. Su cuerpo de deportista hizo que resistiera a la herida. Acabó de
recuperarse en Algorta (Getxo). Había llegado el momento. El 7 de septiembre de
1937 fue entregado por las autoridades del hospital a las militares. Se le leyó
la sentencia a muerte como "autor de un delito de alta rebelión por acción
directa sin circunstancias modificativa de responsabilidad". La tapia del
Cementerio Vista Alegre de Derio, donde fueron ejecutadas más de 400 personas
tras la caída de Bilbao, fue lo último que vieron los ojos del Toralpy.
Equipos
- Sestao, 1924/25
- Athetic, 1925/26